Capricho, de Almudena de Arteaga

Capricho (ed. Planeta, 2012) es una novela histórica ambientada entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, con la que la escritora Almudena de Arteaga ha resultado ganadora en la XXXVI edición del Premio Azorín de Novela, presentándonos una historia de intrigas y arte que gira en torno a las tres musas del pintor Francisco de Goya.

La historia está narrada en primera persona por la duquesa de Osuna y nos acerca a las tres musas de Francisco de Goya y Lucientes, convertido con sus obras en cronista de una época crucial de la historia de España y que “quiso convertir en musas de su inspiración a tres mujeres de lo más dispares”, a través de los tres retratos de la duquesa de Osuna, la duquesa de Alba y la condesa de Chinchón que “le servirían para reflejar la sabiduría, la seducción y la dulzura, los tres atributos que más admiraba en la feminidad”.

Una vez muertas las otras dos musas, la duquesa de Osuna se propone contar su historia, que aparece reflejada en los diferentes retratos efectuados por los artistas a los que apoyó con su mecenazgo y que cuentan cómo “amé y luché; tuve hijos y fui querida, envidiada y vilipendiada; estudié, disfruté y leí; sufrí una revolución y la caída de mis reyes; hubo quienes me tomaron por traidora a mis soberanos y otros por defensora de mi país; asistía a la creación de una España libre del invasor; presencié motines y asesinatos; viajé, luché, creí… y viví”.

La novela nos sitúa en una época de la historia de España en la que predominaba el libertinaje y una vida cómoda y caprichosa que sería interrumpida violentamente por la invasión de Napoleón. En medio del lujo y la vida licenciosa aparece la figura de la duquesa de Osuna, con 44 años, quién en principio lo tenía todo para ser feliz pero que se sentía insatisfecha por su carácter inquieto y emprendedor. Su sed de conocimientos y nuevas experiencias la llevan a embarcarse en una empresa de mecenazgo para ayudar a los artistas creando un lugar único, el Palacio del Capricho, donde se reunirían “todos los músicos, cantantes, pintores, escultores y poetas ya conocidos o por conocer y les proporcionaría la paz que ansiaban para crear y las viandas para alimentar su inspiración”.

La novela que nos ofrece Almudea de Arteaga, como bien indica su título, es una historia de caprichos: los de la protagonista en su Palacio, los de Goya con sus obras, los de la sociedad con su vida entregada a la vida ociosa y los de Godoy con su obsesión por dos sugerentes obras pintadas por Goya, que está dispuesto a encontrar cueste lo que cueste y que se convierten en el eje principal de la trama.

En torno a la búsqueda de estos dos cuadros, asistiremos a una historia de robos y asesinatos con la sombra de la Inquisición cerniéndose sobre los protagonistas.

Capricho es una interesante novela, ambientada de forma exquisita, que además nos ofrece un “paralelismo involuntario” con la actualidad, como señala la autora de forma acertada afirmando que en aquella época, cuando llega la guerra, “no hay diferencias sociales, los que tenían todo y un capricho detrás de otro, ven que su orden de valores varía”, y hoy día estamos asistiendo también a un cambio de valores, “nos preocupan cosas que no nos hubieran ni pasado por la mente hace cinco años".

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