La vida del joven y prometedor doctor Paul Clément, afincado en París, cambia radicalmente cuando acepta ocupar una vacante como médico residente en el hospital de la misión de Saint-Sébastien en La Habana. Allí conocerá a Georges Tavernier, un médico veterano experto en enfermedades tropicales.
De la mano de Georges, el protagonista descubrirá un universo de supersticiones y leyendas sobre los muertos vivientes y presenciará un impactante episodio que le marcará para siempre.
Desde pequeño, su padre despertó en él el deseo por estudiar medicina debido al poder que la ciencia ponía en sus manos: “únicamente el médico es capaz de persuadir a la Muerte de que se vaya y regrese otro día; únicamente el médico posee ese poder”. Georges regresa a París obsesionado con el sistema nervioso, el cerebro y su funcionamiento, y podrá hacer realidad las palabras de su padre al comenzar una serie de experimentos sobre el sistema nervioso y la utilización de la electricidad para reanimar a pacientes declarados muertos.
Georges, en su ambición por ir más allá, experimentará sobre sí mismo, dando comienzo a una pesadilla y a un descenso a los infiernos que serán la trama de toda la novela.
Estamos ante una novela en la que se mezclan medicina, esoterismo, ocultismo, experiencias cercanas a la muerte, mitología y religión. Georges será protagonista de una trama de amores prohibidos, perversiones y depravación en una búsqueda incansable por la redención.
La novela navega entre la realidad y lo sobrenatural, con altibajos en su intensidad, destacando los diálogos y las reflexiones sobre la fe, la relación con Dios, el sufrimiento o la lucha entre el bien y el mal.
El laberinto de las almas es una inquietante mirada a los límites de la ciencia, la existencia de una dimensión espiritual y los peligros del ocultismo, mientras acompañamos a su protagonista en el descubrimiento de una interesante realidad: “los mitos sobreviven porque expresan la más profunda de las verdades”.
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1 comentario:
Uf, yo ya he tenido bastante con tu reseña. Los muertos y yo, como que no combinamos, jeje. Pero reconozco que el argumento promete para los aficionados al género. Un saludo!
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