Martí Gironell Gamero (Besalú, 1971) es licenciado en periodismo y en literatura inglesa. Actualmente trabaja en el servicio de informativos de TV3 y colabora en el periódico El Punt Avui.
Entre sus libros publicados destaca El puente de los judíos (2007), que ha vendido más de cien mil ejemplares y ha sido traducido a varios idiomas. Su siguiente novela, La venganza del bandolero, ganó el premio Néstor Luján de Novela Histórica en 2008. El arqueólogo (2011) se situó inmediatamente después de su publicación en las listas de más vendidos. El último abad (2012) lo confirmó como un reconocido autor y best seller en nuestro país.
Con El primer héroe Gironell da un salto en su carrera y se posiciona como uno de los autores de referencia de la novela histórica y una voz fundamental de la narrativa contemporánea de nuestro país.
En esta novela, cuyo título hace referencia a la técnica utilizada para arrancar las obras de las iglesias románicas para salvaguardarlas del interés de los coleccionistas norteamericanos, relata los esfuerzos de la Junta de Museos para proteger las pinturas románicas de la codicia de anticuarios y coleccionistas. Entre los años 1919 y 1923, la Junta puso en marcha una operación de rescate y traslado al Museu de Barcelona. Una trepidante aventura en la que, paradójicamente, solicitaron la ayuda de un equipo de técnicos italianos que habían participado en la retirada de varias obras que habían sido exportadas y vendidas en el extranjero.
La historia de Strappo se centra en el caso de la iglesia de Santa María de Mur, que contaba con unos murales de más de mil años de antigüedad. Un episodio que ilustra la dimensión del proyecto y que refleja también la contradicción que supuso la misma operación, un expolio para proteger las obras de otro expolio más dañino.
Luis Plandiura es un industrial apasionado del arte desde joven, que hacía negocios con los mejores anticuarios de Europa. Plandiura le encarga al anticuario Ignacio Pollak que consiga unos murales de más de mil años de antigüedad en Santa María de Mur. Pollak requiere los servicios de Franco Steffanoni, maestro en el arte del strappo mediante la cual arrancaba con precisión los frescos y murales de las paredes.
Comienza así el expolio del arte románico amparado en la laguna legal que favorecía que las obras salieran del país con impunidad de la mano de personajes sin escrúpulo. Una situació a la que se enfrentarán Joaquim Folch i Torres, auxiliar técnico del Museu d’Art i Arqueologia de Barcelona y Ton cal Soldat, y que se encontrarán ante un dilema: arrancar para conservar o para negociar.
La novela también nos hará viajar al siglo XII para asistir a la creación de unas obras que “son únicas en el mundo y han sido, asimismo, una manera de canalizar nuestros sentimientos e inquietudes más profundos, y a través de estas creaciones, o en cualquier otro campo, hacerlos llegar al mundo”.
Strappo relata con acierto el proceso de expolio movido por la codicia y al ambición de unos personajes dispuestos a “desposeer a toda una serie de pueblos de sus tesoros artísticos” y la lucha de unos pocos en una cruzada desesperada para proteger obras que, hasta ese momento, nadia había valorado.
Una novela que se desarrolla a ritmo de thriller y que nos acerca a un episodio en el que historia, arte y ambición se dan la mano. Un relato que, como bien dice el autor, resulta “apasionante y dice mucho sobre nosotros”.
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